Conmemoración del Concilio de Nicea por una Pascua de unión y fraternidad
Escrito de la delegada de Ecumenismo y Relaciones Interconfesionales (Amalia Navarro)
En este 2025 se conmemoran los 1700 años del primer Concilio Ecuménico de Nicea (325 DC), que es un ejemplo único de cómo tomar decisiones comunes en tiempos difíciles y proviniendo de culturas diferentes. En ese entonces, se crearon las bases del credo cristiano: un patrimonio precioso, atestiguado durante siglos por la vida y la fe de las Iglesias, que ha sido el fermento del camino de la civilización humana.
En Nicea también se decidió la forma de calcular la fecha de la Pascua cristiana; sería el domingo siguiente a la primera luna llena después del comienzo de la primavera. Luego, el uso de calendarios distintos diferencia el día de Pascua entre Oriente y Occidente, de tal manera que solo cada tanto la fecha coincide.
El año 2025 es un año en el que todas las Iglesias celebrarán la Pascua en la misma fecha. Pero, hoy, esta conmemoración, en un tiempo que necesita una nueva esperanza, asume una importancia mayor. El Concilio de Nicea ha sido para la Iglesia el poderoso comienzo de ese testimonio común con la fuerza de un nuevo Pentecostés que ilumina toda la realidad y da la fuerza de comprometerse para poner en práctica la fraternidad universal.
De aquí se desprende un fuerte llamamiento a todas las Iglesias, en Oriente y en Occidente, a hacer un ulterior esfuerzo para ponerse de acuerdo en una fecha común de la Pascua, dando vida a un nuevo inicio de testimonio común frente al mundo. En efecto, pues, dar testimonio de la unidad y del reconocimiento recíproco de diferentes y ricas tradiciones de la única fe, sería una decisiva aportación a la fatigosa y dramática búsqueda de la paz y de la desafiante conciliación entre una feliz convivencia global de la humanidad y el derecho a la identidad propia de cada pueblo… ¡Es enorme la herencia del Primer Concilio Ecuménico de la Iglesia!
Hoy, domingo día 20 de abril, ha tenido lugar, en la catedral del Buen Pastor de San Sebastián, la Celebración de la Pascua oficiada por nuestro obispo, D. Fernando Prado Ayuso. Ha asistido también D. Mariano Manescu, sacerdote de la Iglesia Ortodoxa rumana. Entre ambos han intercambio mensajes, mostrando una vez más el acercamiento entre las Iglesias Católica y Ortodoxa, un paso adelante en la unidad pedida por Jesús al Padre: “que todos sean uno”.