Peregrinación a Javier
Peregrinos de diferentes diócesis se han sumado este fin de semana a una cita que cada año reúne a más personas y donde la unión, entre las que participan, se hace patente. Es una tradición que impulsa a vivir la fe en familia, ya que personas adultas, familias, jóvenes, religiosas, sacerdotes… caminan hacia castillo de Javier (Navarra), la cuna de San Francisco Javier. Todos, como Iglesia y como cristianos. En la jornada del pasado sábado (15 de marzo), 90 peregrinos de la Diócesis de San Sebastián participaron en la Javierada.
En palabras de Pedro Laskurain Sudupe, párroco de San Andrés (Eibar) y delegado de Peregrinaciones de la Diócesis de San Sebastián, “la finalidad es enriquecernos”. Pedro realiza un repaso histórico a la Javierada desde Gipuzkoa. “Últimamente acudimos un par de autobuses que salen de diferentes puntos de la provincia; San Sebastián, Tolosa, Eibar, Bergara, Beasain, Zumarraga… Se acercan todo tipo de gente, reflejo de lo que es la Iglesia”.
Pedro expone las particularidades de la peregrinación por tierras navarras. “El autobús realiza la primera parada a unos 20 kilómetros de Javier. Desde ahí, algunas personas, realizan el trayecto final andando junto con más peregrinos”. Los demás, suelen acercarse a Leire y visitan el monasterio. Conocen la iglesia, rezan el Ángelus y después de comer, se dirigen hacia Sangüesa para participar en el Vía Crucis.
Aquellas personas que no puede realizar el Vía Crucis se desplazan directamente en autobús hasta Javier, donde todos los peregrinos participan en la Eucaristía.
“Acudiendo a la Javierada, como diócesis, –señala Pedro– es decir, organizado por la nuestra delegación de Peregrinaciones, llevamos aproximadamente, 15 años. Anteriormente, desde muchos años atrás, ya acudían peregrinos guipuzcoanos. Las parroquias, las comunidades religiosas… organizaban autobuses para participar en la peregrinación. Ah, y hay que recordar que, hoy en día, nuestra Pastoral Juvenil Vocacional también realiza una peregrinación, en la primera Javierada, con los jóvenes”.
Para Pedro las Javieradas son algo especial. “Las peregrinaciones son una manera muy importante de evangelización; se moviliza a la gente… Nos enseñan a descubrir, un poquito, el sentido de nuestra vida. De hecho, caminamos como hijos de Dios hacia la casa, que es el cielo para nosotros. Es una manera de descubrir ese sentido de la vida y salir un poquito de nuestra rutina, de nuestro entorno, en un ambiente distendido y agradable. Es vivir nuestra fe y enriquecerlo”.
Pedro no tiene ninguna duda de que en las Javieradas se palpa un ambiente muy familiar. “Es una peregrinación donde se ve gente de todo tipo –personas adultas, jóvenes…– disfrutando del día. Además de la caminata, se ofrece participar en el Vía Crucis, hay posibilidad de confesarse, de celebrar la Eucaristía… Todos unidos en un sitio maravilloso como es la explanada del castillo de Javier. Es una peregrinación muy atrayente”.
La Javierada suele coincidir también con la Cuaresma; otro atractivo más. “Es una peregrinación para ir preparándonos a la Pascua, y este año, además, siendo año Jubilar, tenemos la posibilidad de ganar el Jubileo”.
San Francisco Javier
Pedro remarca la figura del santo navarro. “Para nuestra iglesia Diocesana de San Sebastián, la figura de San Francisco Javier, es muy importante. Tanto él como San Ignacio de Loyola, nuestro patrón, nos ofrecen un mensaje muy importante, muy actual y que no ha perdido vigor. Que Jesucristo es aquel que puede unirnos. Tanto San Ignacio Loyola y San Francisco Javier, tuvieron que presenciar conflictos y situaciones de luchas entre familias, entre pueblos… ¿Y qué es lo que les unió? La fe en Jesucristo. Al final eso es lo que pretendemos también desde la Iglesia; evangelizar, llevar a Jesucristo y unir. Unir a pueblos, unir a personas… y romper todo tipo de barreras”.
Pedro señala que todas las peregrinaciones que se organizan se llevan a cabo en una dirección; “Crecer en nuestra vida de fe, como cristianos, como hijos de Dios”. Y ¿qué valores se quieren transmitir? “La fe. El valor espiritual. La Iglesia está llamada a evangelizar –remarca Pedro– y lo que queremos es fortalecer la fe de las personas, de las comunidades y de los pueblos”.
Pedro no se olvida de otros importantes valores como el sacrificio, el compañerismo… ya que el objetivo es formar una familia. “Desde la Diócesis, también como Iglesia, lo que pretendemos es transmitir todos los valores. Somos una familia humana, pero también una familia espiritual, y una peregrinación como la de Javier nos ayuda a transmitir todo esto”.