Peregrinación a Roma
La Diócesis de San Sebastián, con motivo del Año Santo Jubilar, organizó del 24 al 29 de septiembre una multitudinaria peregrinación a Roma.
Un participante en la peregrinación expone en primera persona lo vivido en Roma:
La Iglesia Católica está inmersa en el año Jubilar. Las/os fieles guipuzcoanas/os hemos contado con diferentes oportunidades para acudir a Roma en peregrinación. La semana pasada llegó lo que estábamos esperando en los últimos meses y emprendimos el viaje con ilusión.
Ha sido mi tercera vez en Roma y en ciudad de Vaticano. Hace dos años estuve por primera vez y este año, me acerqué para el cónclave. La Peregrinación de la Diócesis de San Sebastián ha superado las dos experiencias anteriores.
Por un lado, porque acudí con unas/os amigas/os. Y, por otro lado, porque gracias a la diócesis he tenido la oportunidad de conocer a otros fieles de nuestra tierra ignaciana. 114 personas con el vicario de la diócesis, Mikel Aranguren, al frente, un grupo de sacerdotes… Nos juntamos un buen grupo para acudir a Roma.
Una vez allí, tuvimos la oportunidad de convivir con quince catequistas de Gipuzkoa que estaban celebrando el Jubileo de Catequistas. En mi opinión, esta ha sido la clave de la peregrinación. No es lo mismo apreciar lugares que son entrañables para las/os católicas/os solo, que hacerlo con otras/os guipuzcoanas/os como tú.
Además de fortalecer mi fe, la peregrinación ha servido para reafirmar identidad euskaldún. Pertenecemos a la tierra del Señor de Loyola y en los seis días que hemos permanecido en Roma, eso ha quedado claro. Vivimos muchas experiencias, pero quisiera recordar las que han sido las más emocionantes para mí.
La primera, la que viví en la iglesia del Gesú. Allí, tras la misa, expusieron la imagen de San Ignacio, mostraron el cuadro mientras cantábamos la marcha de nuestro patrón. A algunas/os nos resultó imposible contener las lágrimas.
A continuación, pudimos visitar el dormitorio donde falleció el santo. En ese momento recordé el mensaje que se encuentra en la casa-torre de Loiola; “Nació aquí”. Y me dije a continuación, “Falleció aquí”; a más de mil kilómetros de Loiola.
Mención especial merece la santa misa que celebramos en la basílica de Santa María la Mayor. Cantar y escuchar allí, la canción ‘Agur Jesusen Ama’, que se ha convertido en un himno para las/os creyentes vascas/os, fue un regalo para nuestros oídos. Si eres sensible, es imposible no sentir nada al escuchar esa canción.
Por último, cabe destacar la audiencia con el Papa. Ver tan de cerca al guía de la Iglesia Católica y escuchar sus palabras de primera mano, será algo que no olvidaré nunca.
Escuchar nuestra lengua en las principales basílicas de Roma ha sido maravilloso. Yo, antes de ir, era creyente y he vuelto de Roma mucho más. No soy nadie para decir a la gente en lo que tiene que creer, pero me gustaría aprovechar estas líneas y la oportunidad que me proporciona la diócesis, para hacer llegar un breve mensaje a las/os fieles guipuzcoanas/os.
Siéntete orgulloso de ser creyente vasca/o. Forma parte de nuestra identidad histórica. No os avergoncéis de vuestra fe. Y si algún día tenéis la oportunidad de acudir a una peregrinación, id. No os arrepentiréis.
Erik Salazar