Un fin de semana de memoria, esperanza y fe en Gipuzkoa
De Hondarribia a Bergara, de Irún a San Sebastián: rosarios, Eucaristías, vigilias y gestos catequéticos que recordaron a nuestros seres queridos
La Diócesis de San Sebastián ha vivido con intensidad el fin de semana de Todos los Santos (sábado, 1 de noviembre) y la Conmemoración de los Fieles Difuntos (domingo, 2 de noviembre). Parroquias de todo Gipuzkoa han unido la oración por nuestros difuntos con signos de esperanza cristiana, en un clima de fe.
Hondarribia: 93 nombres traídos a la memoria
En la Parroquia de Hondarribia, la comunidad se reunió en el cementerio para el rosario en sufragio de los difuntos y, ya el domingo por la mañana, celebró la Misa en conmemoración de los fieles difuntos. A lo largo de las celebraciones se recordó nominalmente a 93 personas fallecidas desde noviembre del año pasado hasta hoy: un gesto sobrio y entrañable que hizo visible el vínculo de caridad que nos sigue uniendo con quienes nos han precedido en la fe.
Irún (Santa María del Juncal): llamados a la santidad
En la Parroquia de Santa María del Juncal (Irun), la solemnidad de Todos los Santos se celebró con particular cuidado. En la homilía, D. Fernando Jiménez subrayó que «por el bautismo todos los cristianos estamos llamados a la santidad», entendida como vivir conforme a la voluntad de Dios. La comunidad volvió a reunirse el domingo para la Misa por los difuntos, pidiendo «el descanso eterno» para todos ellos.

Bergara: Vigilia de Todos los Santos
La víspera de la solemnidad, el convento de las Hermanas Stella Matutina en Bergara acogió una Vigilia de Todos los Santos: una velada de adoración que trajo a la memoria a los “ciudadanos del cielo”, proponiendo el testimonio de los santos como camino seguro para la vida cristiana de hoy.

Fuenterrabía y Catedral: oración coral por las almas
La tarde del domingo, en el camposanto de Fuenterrabía, los fieles rezaron un Santo Rosario por las almas del purgatorio. Al caer el día, la catedral del Buen Pastor acogió la Misa por los difuntos, cantada por la capilla gregoriana Easo, cuyas melodías de canto llano ayudaron a orar por quienes han partido: Requiem aeternam dona eis, Domine.

San Ignacio: catequesis con los signos del adiós
En la Parroquia de San Ignacio, los niños trabajaron los signos cristianos de la despedida —Cirio Pascual, incienso, flores…— y los tres pasos que alumbran el duelo desde la fe: Recordar (tener presentes a los nuestros), Agradecer (lo que hicieron por nosotros) y Esperar (en la promesa de Cristo de volver a encontrarnos en Él).

Zarautz: agradecimiento y relevo
La comunidad de Zarautz expresó su agradecimiento a Aita Agustín Biain, que ha tomado un bien merecido retiro tras 64 años de entrega al pueblo zarauztarra. Su trayectoria, tan estrechamente ligada a la vida de la localidad, fue también un recordatorio de la comunión de generaciones que sostiene a la Iglesia.

Tradición viva: Gau Beltza, dulces de Todos los Santos y altares de Muertos
El fin de semana dejó asimismo estampas culturales que conviven con nuestra religiosidad. En Azpeitia, la primera edición de la Gau Beltza reunió a familias y cuadrillas en una marcha vespertina por las calles, recuperando una tradición vinculada al final de la cosecha y la llegada del invierno.
Las pastelerías lucieron los clásicos huesos de santo —de mazapán y yema— junto a buñuelos de viento, pestiños y panellets, dulces que, en torno a estas fechas, se comparten en memoria de los difuntos. Y, cada vez con mayor presencia en Gipuzkoa, pudieron verse altares mexicanos del Día de Muertos, con flores, velas e imágenes, como expresión de afecto y oración por quienes ya descansan en Dios.
Una fe que abraza la memoria
Este fin de semana, nuestras comunidades han mostrado una vez más que la memoria cristiana no se queda en la nostalgia: recuerda, agradece y espera. Recordamos a quienes amamos, agradecemos su vida y esperamos, en Cristo resucitado, el encuentro definitivo. Que los santos nos animen en el camino y que el Señor conceda a nuestros difuntos el descanso eterno.