Homenaje a los sacerdotes (2024)
Hoy, 22 de abril, varios sacerdotes de la Diócesis de San Sebastián han celebrado el aniversario de su labor sacerdotal; 25, 50 o 60 años. Al mediodía, en la iglesia del Seminario de San Sebastián, han celebrado una misa presidida por el obispo D. Fernando Prado. Finalmente, han compartido una comida de hermandad.
En su homilía, el obispo D. Fernando ha recordado que “estas fechas que nos reúnen son la Misa Crismal, en la que renovamos nuestras promesas sacerdotales junto al pueblo de Dios que nos acompaña, y también esta fecha en la que celebramos un motivo fraterno con entrañable significado: acoger a los hermanos que cumplen las fechas redondas de sus 25, 50 o 60 años de ministerio sacerdotal”. D. Fernando ha hecho un poco de historia recordando que “un día hicimos nuestra la llamada con una respuesta vocacionada, generosa, valiente. (…). La gratitud es hoy nuestro canto. Cantamos la alegría por el camino recorrido tras el sincero sí que distéis entonces a Dios que os llamaba, y a la Iglesia que os enviaba y os necesitaba. Seguimos en el camino”.
D. Fernando ha manifestado también que la celebración nos invita a echar la vista atrás: “no para profundizar en ningún tipo de melancolía por los muchos años pasados, sino para comprender mejor dónde comenzó todo, por dónde hemos caminado, ver aciertos y aprendizajes, para ver cómo y dónde nos situamos en este momento”.
En este sentido, ha recordado una frase de Juan Pablo II de comienzos del milenio: “Miremos al pasado con gratitud, vivamos el presente con pasión, abrámonos al futuro con Esperanza”.
D. Fernando ha indicado que la Palabra de Dios “que servimos al pueblo” es la guía que orienta la vida de todas y todos. Nos afecta y nos compromete. Ha subrayado que “los misterios de Dios, de los que somos servidores, no sólo se transmiten por nuestra palabra, sino también por nuestro testimonio vital. Por una vida que sostiene nuestras palabras”.
El obispo ha lanzado una propuesta de vida: “Que nuestra vida no apague la luz y la gracia del Señor, sino que seamos realmente instrumentos y cauce para que la luz del Señor sea la que disipe las oscuridades en la vida de tantos”. Y ha recordado que “somos enviados y ministros del Buen Pastor, y nos sentimos unidos en Iglesia a nuestro pastor local y a Pedro, nuestro pastor universal. Nos conviene no olvidar; Pedro, hoy, se llama Francisco”. Al final de su homilía, una vez más, D. Fernando ha mostrado su agradecimiento a los homenajeados: “Muchas gracias por lo que han dado vuestras vidas y por lo que dan hoy en día. Sin vosotros, esta Diócesis no sería lo que es actualmente. Adelante manteniendo y fortaleciendo la fe y la esperanza. Le pedimos la bendición a nuestra Arantzazuko Ama; también a nuestro patrón San Ignacio. Que el Señor nos bendiga. “Ad multos años” queridos hermanos”.
En el siguiente vídeo, Jon Molina, uno de los homenajeados, expone algunas reflexiones sobre la trayectoria sacerdotal.
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