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Celebración ecuménica en la catedral Buen Pastor

Celebración ecuménica en la catedral Buen Pastor

La Delegación de Ecumenismo y Relaciones Interconfesionales de la Diócesis de San Sebastián ha organizado por primera vez la clausura de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos con una celebración ecuménica en la catedral Buen Pastor. Impulsada por el obispo de la diócesis, monseñor Fernando Prado, la ceremonia reunió a más de un centenar de fieles de la Iglesia Católica y de la Iglesia Ortodoxa Rumana, con la presencia destacada del sacerdote ortodoxo don Mariano Manescu.

Los preparativos comenzaron en octubre con la solicitud del material de la Subcomisión episcopal para las Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española. Se distribuyeron 320 carteles anunciando la celebración en parroquias, congregaciones religiosas y asociaciones diocesanas, además de folletos para la liturgia y cuadernos para niños y adolescentes.

En la fase de organización, un pequeño grupo de colaboradores del Movimiento de los Focolares trabajó en estrecha colaboración con don Mariano Manescu y atendió las sugerencias de monseñor Prado para perfilar cada detalle de la ceremonia. Asimismo, la nueva delegada de Ecumenismo concedió una entrevista en El Espejo de Gipuzkoa el 17 de enero.

Durante la semana del Octavario (18-25 de enero), las parroquias guipuzcoanas incluyeron intenciones y peticiones por la unidad de los cristianos en sus misas diarias. Como gesto de cercanía entre las Iglesias, monseñor Prado lució la cruz pectoral que le obsequió hace dos años el obispo de la Iglesia Ortodoxa Rumana, mons. Timotei Lauran, subrayando así el camino compartido.

La jornada de clausura, celebrada la tarde del día 25, contó con la participación activa de los fieles, quienes recitaron juntos el Credo niceno-constantinopolitano, rezaron el padrenuestro en diferentes idiomas y concluyeron con cantos a la Virgen. En los discursos de bienvenida y agradecimiento, así como en la homilía, se remarcó la importancia de fortalecer la unidad y de poner el foco en lo que une a ambas confesiones, más que en lo que las separa.

Finalmente, monseñor Prado dedicó unas palabras de gratitud a los miembros del Movimiento de los Focolares que colaboraron en la organización. El encuentro terminó con un simbólico abrazo y varias fotografías que, según los organizadores, marcan “un paso más en el camino deseado por Cristo hacia la unidad de todos los cristianos”.