Indicaciones litúrgicas tras el fallecimiento del Papa Francisco
San Sebastián, 21 de abril de 2025
Querido hermano sacerdote:
Tras la muerte de nuestro querido papa Francisco, la sede de Pedro ha quedado vacante en espera del nombramiento de un sucesor.
Una vez conocida la noticia del fallecimiento del Santo Padre, es conveniente que, en las catedrales, parroquias y otras iglesias se toquen las campanas en señal de luto, especialmente el mismo día del fallecimiento y el día de las exequias.
Desde ahora y hasta la elección del nuevo pontífice, en la plegaria eucarística no se nombrará al Papa. Solamente al obispo de lugar. Así, por ejemplo, en la plegaria eucarística II se dirá: Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra, con nuestro obispo Fernando…
Por una parte, os invitamos a pedir por el eterno descanso del papa Francisco, bien en la oración de los fieles de la misa, bien por medio del formulario de misas de difuntos por el papa que se encuentra en las misas de difuntos del Misal, sección IV: Diversas oraciones por los difuntos (Misal Romano, pp. 1118-1120), que se puede usar en los días feriales (después de la octava de pascua). También es adecuado mencionarlo en el memento de todas las misas.
La misa funeral por el Santo Padre no se ha de celebrar antes de las exequias celebradas en la basílica de San Pedro en Roma. Una vez celebradas éstas, durante el período llamado de novemdiales, se organizará un funeral de carácter diocesano en la Santa Iglesia Catedral, y las parroquias y otras comunidades podrán hacerlo también una vez que se haya celebrado el funeral diocesano.
Por otra parte, tras las exequias, hasta la elección del nuevo Papa se podrá celebrar, también en los días feriales que se crea conveniente, la misa por diversas necesidades núm. 4: Para elegir un papa o un obispo (Misal Romano, pp. 1004), también añadiendo una petición particular por esta circunstancia en la oración de los fieles de la misa.
Pidamos entre todos el soplo del Espíritu Santo para que nos conceda un nuevo Papa que siga dirigiendo hacia Cristo la barca de la Iglesia.
Recibe un cordial abrazo,
Unai Manterola
(Delegado episcopal para la liturgia)