Mons. Fernando Prado Ayuso asiste a la toma de posesión del nuevo obispo de Huesca y Jaca
El pasado sábado, 14 de junio, la Diócesis de Huesca celebró la ordenación episcopal de Mons. Pedro Aguado Cuesta como nuevo obispo de Huesca y de Jaca (perteneciente a la Provincia Eclesiástica de Pamplona y Tudela). El nuevo obispo, elegido por el papa Francisco, comienza su camino de la mano de León XIV.
Nuestro obispo D. Fernando fue uno de los obispos que participó en el emotivo acto que tuvo lugar en la catedral de Huesca, en una eucaristía presidida por el prefecto emérito para los Institutos de Vida Consagrada, el cardenal brasileño João Braz de Aviz.
El escolapio Pedro Aguado Cuesta nació Bilbao (1957) y fue ordenado sacerdote el 13 de junio de 1982. Es decir, 43 años y un día después, el pasado sábado, fue ordenado obispo.
El nuevo obispo oscense expuso a lo largo de la Eucaristía que persigue un doble objetivo.
Uno, aprender y caminar junto a las personas para hacer planes certeros. Para él, la palabra sínodo significa exactamente eso; caminar juntos. Como señaló: “Quiero deciros que yo no estoy preparado para esto, ni tengo un programa establecido. No sé si algún obispo aquí presente se sentía preparado para esta responsabilidad. Yo, desde luego, no. Y me alegro de poder decirlo públicamente, porque así podré aprender con vosotros”, señaló dirigiéndose a los presentes en el acto.
Y dos, desde una actitud sinodal, apostar por una Iglesia “que no excluya a nadie, abierta al mundo en el que vivimos”.
En su primera homilía como obispo, tras dar gracias a Dios por su amor y su presencia a lo largo de su vida, reveló su lema episcopal: ‘Scio enim cuí credidi’ (sé de Quién me he fiado), tomado de la segunda carta de San Pablo a Timoteo. Guía que le ha acompañado a lo largo de su vida en todas sus decisiones.
A lo largo del acto, mencionó a su familia, a los obispos que le acompañaron -nuestro obispo don Fernando Prado entre ellos-, a la diócesis, y en especial, a su congregación. Lo dejó claro manifestando que “soy escolapio, lo seguiré siendo y seguiré caminando con ellos”.
El prelado bizkaitarra basará en tres profundas convicciones su episcopado:
- El Evangelio. “Creo profundamente en el valor del mensaje del Evangelio. Estoy convencido de que Cristo Jesús es la respuesta a las preguntas más profundas del ser humano y de que su propuesta cambia por completo nuestra vida”.
- Iglesia sencilla y abierta. “Una iglesia para todos, acogedora y abierta al mundo en el que vivimos. Una iglesia que tenga clara su identidad y su mensaje, pero que entienda que en ningún lugar de su identidad aparece la exclusión de nadie. Una iglesia que se sienta pecadora y que sea feliz de saber que Cristo vino por los pecadores”.
- Herencia escolapia. “Con Calasanz (el fundador de los Escolapios) aprendí a creer en los niños, los jóvenes, los pobres, la comunidad, la educación, la diversidad vocacional, la lucha diaria para llevar adelante un proyecto de vida y de misión”
El Padre Aguado estudió Magisterio y es licenciado en ciencias eclesiásticas de la Universidad de Navarra, así como en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Deusto.
El escudo Episcopal de don Pedro Aguado Cuesta expone su experiencia de vida y de fe. En su centro, se encuentra una cruz: como centralidad de Jesucristo en su vida, en su misión y en la vida de la Iglesia.
Además de la cruz forman parte del escudo unas sandalias que hacen referencia a las del fundador de los Escolapios: “sandalias desgastadas de tanto caminar, son un símbolo de la entrega a la misión, que deseo que siga marcando mi caminar”.
El escudo cuenta también con un cuaderno y un lápiz; símbolos de la pasión por la educación, que marca completamente su vida y su vocación.