Mons. Fernando Prado en la celebración de los claretianos de Agurain
La comunidad claretiana de Salvatierra celebró el pasado fin de semana los 175 años de la congregación con la presencia de Mons. Fernando Prado.
Los actos dieron comienzo el viernes 18 en Abade Etxea con la proyección de ‘Breve historia de la Congregación Claretiana’. Josu Alday moderó el cinefórum para ahondar en la historia de la congregación y su presencia en Álava.
A continuación, se profundizó en la figura de Nicolás Campo Giménez de Bicuña, que nació en el caserío de Ula y profesó sus votos en 1936, con apenas 16 años. El joven fue fusilado junto con otros 17 claretianos en octubre de ese mismo año y se convirtió en el religioso más joven asesinado en la Guerra Civil.
La segunda cita del fin de semana tuvo lugar en la parroquia de Santa María. La comunidad claretiana celebró una eucaristía presidida por el obispo de San Sebastián y claretiano Mons. Fernando Prado. También participó el coro Eguzkilore de la localidad, que amenizó la misa bajo la dirección de Mónica Pérez de Heredia.
En su homilía, Mons. Fernando Prado vinculó la misión de los claretianos con el mensaje de la jornada del Domund: “Evangelizar no es transmitir un conjunto de doctrinas, no es anunciar algo sino a Alguien. Este fue el sueño de San Antonio María Claret. El Señor es el más interesado en dar a conocer su mensaje y nosotros somos sus colaboradores”. Recordando a San Pablo VI apuntó que la “naturaleza de la Iglesia es evangelizar, dar a conocer el Evangelio.”
Después de la misa, a la que acudieron vecinos del pueblo y personas que en algún momento de su vida han estado vinculadas a los claretianos, tuvo lugar una comida de hermandad.