Peregrinación a Lourdes
La Hospitalidad de Lourdes de Gipuzkoa celebró su 69 edición de peregrinación diocesana. Como subraya su presidenta, Lupe Aranzabal, un acontecimiento muy especial para “vivir, celebrar y orar”.
Tres intensos días. 90 persona enfermas y 250 voluntarias/os trabajando y acompañándolas en cada momento. Un total de 400 personas a los que se les sumaron el pasado sábado otras/os 1000 peregrinas/os de guipuzcoanas/os para “disfrutar” de la especial peregrinación anual.
Vivir. Las personas peregrinas estuvieron acompañadas y atendidas, en todo momento, por la generosidad del voluntariado. “Personas que se dedican por entero durante esos tres días a las personas enfermas o que padecen alguna discapacidad. Durante el fin de semana, los peregrinos acudieron al santuario, accedieron al paso por la gruta y participaron en rito del Agua. Y el voluntariado junto a ellas/os compartiendo la experiencia en cada momento, recibiendo formación constante. Y posteriormente, recogiendo en el acto de ‘imposición de medallas’ el compromiso con la Hospitalidad y con la Iglesia”, señala Lupe.
Celebrar. El Lourdes se celebra la fe. Especialmente en la solemne eucaristía de la Gruta que estuvo presidida por el Obispo de San Sebastián, D. Fernando Prado, y acompañado por un grupo de sacerdotes de toda Gipuzkoa. Lupe recuerda que “este año se les ha impuesto a tres voluntarios la medalla de oro por sus 50 años de peregrinación con la Hospitalidad de Lourdes”.
Orar. Vía Crucis bilingüe, procesión eucarística y procesión de las antorchas con el Santo Rosario que también se reza en euskara. “Tres días intensos y gozosos de servicio generoso a personas enfermas o que padecen algún tipo de discapacidad”, recuerda Lupe. “Tres días para el agradecimiento. Se recibe más de lo que se da. Todo ello dentro de una espiritualidad mariana marcada por la experiencia con la Virgen de Lourdes, a la que todas/os le hacemos la misma petición; querer volver el próximo año”.
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