Sentido homenaje en memoria de las personas migrantes fallecidas
El pasado 17 de noviembre, a las 12 del mediodía, el Skatepark de Irún se convirtió en un espacio de recuerdo, solidaridad y denuncia. En torno a una estela que honra a las personas migrantes fallecidas en su viaje hacia un futuro mejor, un numeroso grupo de personas se congregó para rendirles homenaje en un acto cargado de emoción y compromiso.
La acción fue organizada por Korapilatuz, FIVASCO y la plataforma Migrantes con Derechos —compuesta por Caritas, la Pastoral de Personas Migrantes, CONFER y el Centro Loiola Zentroa—. El objetivo de la jornada fue mantener viva la memoria de quienes, movidos por el deseo de una vida digna, han perdido la vida en las rutas migratorias, incluidas las trágicas historias del río Bidasoa.
Un mensaje de memoria y reivindicación
El acto comenzó con unas palabras que resonaron con fuerza entre los asistentes, destacando la importancia de recordar no solo a quienes fallecieron, sino también a las familias que un día decidieron emprender un camino lleno de incertidumbres. “Hoy queremos rendir homenaje a nuestras vecinas y vecinos que llegaron buscando un futuro mejor y que, a pesar de estar aquí, enfrentan nuevas fronteras invisibles”, se destacó en el manifiesto que se socializó en la jornada.
Estas “fronteras invisibles” fueron el centro de la reflexión:
- La frontera legal, que dificulta el acceso a permisos de residencia y trabajo, perpetuando situaciones de exclusión.
- La frontera de la discriminación social, visible en la dificultad de acceder a una vivienda digna o al empadronamiento.
- La frontera institucional, marcada por un trato deficiente y burocracias que se convierten en obstáculos para la integración.
“Rutas seguras por derecho y acogida digna”
Bajo este lema, los organizadores del acto quisieron poner el foco en las políticas migratorias actuales, denunciando que los derechos recogidos en el artículo 13 de la ONU —que reconoce la libertad de circulación y residencia— son frecuentemente ignorados o distorsionados por diversos intereses.
Se hizo mención también a las causas de los movimientos migratorios, como el hambre, el cambio climático y los conflictos armados. En este sentido, se denunció la masacre de civiles en diferentes contextos de guerra, y se destacó la responsabilidad de los países con capacidad de veto en la ONU.
Un llamado a la acción
El acto concluyó con un llamamiento a despertar la conciencia colectiva. Parafraseando a Martin Luther King, se recordó que el problema no son solo las acciones de los malvados, sino el silencio de las personas buenas. “Por unos Derechos Humanos para todas y todos, de cualquier cultura, en cualquier lugar. No más muertes, sí a la Vida”, fue el mensaje con el que finalizó el encuentro.
Este acto, cargado de emoción y simbolismo, dejó clara la necesidad de seguir trabajando como sociedad para garantizar rutas seguras, acogida digna y el respeto a la vida de todas las personas.