Cristo da permanentemente a su Iglesia el don de la unidad, pero la Iglesia debe orar y trabajar siempre para mantener, reforzar y perfeccionar la unidad que Cristo quiere para ella y por la que rogó al Padre: “Que todos sean uno” (Jn 17,21)

Nuestros objetivos, por tanto, son promover la reconstrucción de la unidad entre todos los cristianos (UR 1) así como su relación con las religiones no cristianas (NA 1) desde el respeto a la libertad religiosa como derecho fundado en la dignidad misma de la persona (DH 2).

La Iglesia católica reafirma, pues, su voluntad de establecer unas relaciones fraternas entre todos los cristianos fundándose en el bautismo recibido, y entre todos los creyentes con quienes nos une un mismo origen y destino.

Las relaciones interconfesionales abarcan el conocimiento o contacto inicial, y también el trato mutuo, manifestado en el diálogo, en la colaboración, en la formación objetiva de la verdad y en la oración común principalmente.

Leyenda siglas:
UR: Decreto Unitatis Redintegratio (Restauración de la unidad)
NA: Declaración Nostra Aetate (Nuestro Tiempo)
DH: Derechos Humanos