Pastoral penitenciaria: Juntas/os desde la esperanza hacia la libertad
Como viene siendo habitual todos los años, el próximo martes, 24 de septiembre, se celebrará la festividad de la Virgen de la Merced, patrona de las personas presas y de quienes trabajan en los centros penitenciarios.
A raíz de ese día señalado, nuestra Pastoral Penitenciaria Diocesana persigue un deseo especial, que todas/os las/os que componemos la comunidad eclesial “no olvidemos la realidad de la cárcel”. Para ello, ha elegido el lema, “Juntas/os desde la esperanza hacia la libertad”.
La Pastoral Penitenciaria Diocesana quiere enfatizar la mirada del Dios de Jesús, ya que “no se cansa de perdonarnos y darnos oportunidades”, señala. “Por eso deseamos que nuestra Iglesia sea un lugar de acogida y de nuevas oportunidades para las personas que han cumplido o están cumpliendo condena”, manifiesta a través de su carta la Pastoral Penitenciaria Diocesana.
Tanto las personas presas de Martutene (San Sebastián) como las de otras prisiones, atraviesan situaciones difíciles, y subraya que necesitan sentir que la Iglesia confía en ellas. “No piden (las/os presas/os) que se ignore su pasado, pero sí que no se les rechace ni se les estigmatice por ello. Como comunidad, debemos esforzarnos por ofrecerles apoyo y comprensión, mostrando un corazón abierto y libre de prejuicios”.
La Pastoral Penitenciaria Diocesana continuará trabajando, como hasta ahora, en favor de los Derechos Humanos: “seguiremos pidiendo a las instituciones medidas alternativas”. Todo ello encaminado a impulsar “la reinserción y la búsqueda de caminos sanadores. Queremos que nuestras comunidades y nuestra sociedad reflexionen sobre cómo podemos ser agentes de cambio, promoviendo medidas que vayan más allá de la mera sanción, y que apuesten por la reintegración y restauración de todas las personas involucradas”.
La Pastoral Penitenciaria Diocesana quiere dejar muy claro que todas/os somos hermanas/os, y que “la escucha activa es el primer paso hacia una verdadera fraternidad”.
El Papa Francisco, un ‘Jueves Santo’ manifestó lo siguiente en una prisión: “Pidamos hoy al Señor la gracia de no cansarnos de pedir perdón. Siempre, todos tenemos pequeños fracasos, grandes fracasos. Cada uno tiene su propia historia, pero el Señor siempre nos está esperando, con los brazos abiertos, y no se cansa de perdonar”.
En opinión de la Pastoral Penitenciaria Diocesana “nosotras/os también debemos ofrecer nuevas oportunidades a quienes las necesitan”. En ese camino, ‘la escucha’ y ‘el compromiso’ son muy importantes.
Puedes descargar aquí la carta completa de la Pastoral Penitenciaria.