Palabras de D. Fernando por el fallecimiento de Mons. Juan María Uriarte
Palabras de Mons. Fernando Prado Ayuso por el fallecimiento de Mons. Juan Maria Uriarte Goiricelaya
Monseñor Juan Maria Uriarte ha sido, fundamentalmente, un hombre de Dios. Un hombre fraguado en la oración constante y entregado a su ministerio con generosidad, con honestidad, con intensidad. Creo que muchos sacerdotes y tantas personas que le han conocido a lo largo de su larga vida compartiríamos, sin ninguna duda, que él ha sido para nosotros siempre como un Padre, como un hermano y como un amigo. Monseñor Uriarte amó siempre a la Iglesia. Preocupado por sus diocesanos, no dejó de preocuparse también por su pueblo; un pueblo siempre en crisis, siempre en nuevas búsquedas. Nunca tuvo miedo a comprometerse con la realidad y los problemas, desde un horizonte evangélico honesto y equilibrado. Su confianza radical en aquél que le llamó al ministerio configuró su vida como obispo y servidor de la Esperanza. No fue perfecto, pero me consta que siempre buscó su propia conversión. Me enseñó la importancia de cuidar la vida interior y de la oración constante, como aquello más necesario en la vida de todo sacerdote. Ya obispo, su única recomendación fue la de querer siempre a todos, más allá de toda circunstancia. Con la esperanza de encontrarnos un día en la casa del Padre, solo me queda dar Gracias a Dios por su vida y por su testimonio. Descanse en Paz, mi Padre, hermano y amigo Don Juan Mari.
+ Fernando Prado Ayuso
Obispo de San Sebastián