El Triduo Pascual, que comprende el Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo, culminando en la Vigilia Pascual, es el período más sagrado para los cristianos. Durante estos días, conmemoramos los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

Jueves Santo: la Última Cena y el Mandamiento del Amor

El Jueves Santo recordamos la Última Cena, donde Jesús compartió el pan y el vino con sus discípulos, instituyendo así la Eucaristía. En este día, también lavó los pies de sus discípulos, un acto de humildad y servicio que nos enseña el mandamiento del amor.

Siguiendo la tradición que instauró en el 2013, la de no celebrar la Misa de Jueves Santo en la catedral romana, sino en los lugares de sufrimiento en la sociedad moderna, el papa Francisco ha acudido hoy a la prisión femenina de Roma para celebrar la misa del Jueves Santo y, desde su silla de ruedas, les ha lavado los pies a doce reclusas.

Viernes Santo: El Sacrificio Redentor

El Viernes Santo se recuerda la crucifixión y muerte de Jesús en un momento para reflexionar sobre el sacrificio redentor de Cristo, que, con su muerte en la cruz, nos liberó del pecado y nos abrió las puertas de la salvación.

Sábado Santo: La Espera en Silencio

El Sábado Santo es un día de silencio y meditación. La Iglesia se sumerge en la espera de la resurrección. Es un tiempo para contemplar el misterio de la muerte de Jesús y prepararnos para celebrar su victoria sobre la muerte.

Vigilia Pascual: La Luz de Cristo Resucitado

La Vigilia Pascual, que se celebra en la noche del Sábado Santo, es el momento más alegre y esperanzador del Triduo Pascual. Encendemos el Cirio Pascual, símbolo de Cristo, la luz del mundo, que disipa las tinieblas del pecado y de la muerte, para celebrar la resurrección de Jesús.

Desde la Diócesis de San Sebastián, te invitamos a participar plenamente en las celebraciones que están teniendo lugar en toda Gipuzkoa y en la catedral del Buen Pastor con el obispo D. Fernando; te invitamos a profundizar en el misterio de nuestra redención y a renovar tu compromiso con el mensaje de amor y esperanza que Jesucristo nos dejó.